Los datos publicados hoy por el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) muestran que el paro ha descendido en 227 personas en La Rioja durante el mes de marzo, lo que sitúa la cifra total de desempleados en 14.674, una tasa del 9,23%. Se trata de la primera bajada del número de personas en situación de desempleo desde octubre del año pasado. Además, se observa una disminución del 6,26% de la tasa con respecto al mismo mes del 2022.

Atendiendo a los datos por sexos, el desempleo ha bajado tanto en el caso de las mujeres, en un 2%, como en el de los hombres, en un 0,75%. Aun así, las mujeres siguen siendo las más perjudicadas.

Por sectores, el mayor descenso se ha registrado en Construcción con un 2,95%, en Servicios con un 2,39% y en Industria con un 1,45%. En cambio, el paro ha aumentado en un 3,93% en el colectivo de Sin Empleo Anterior, y en un 1,28% en el sector Agrario.

En el mes de marzo se han realizado un total de 8.298 contratos en la región, 1.739 más que en el mes anterior. De los contratos realizados, casi un 40% son indefinidos, frente a un 60% de temporales. La gran mayoría de los contratos han sido en Servicios con un 65%, seguido de Industria con un 21,54%, el sector Agrario con un 8,70% y Construcción con un 4,76%.

La afiliación a la Seguridad Social ha crecido en 845 personas con respecto al mes de febrero. Este aumento está reflejado principalmente en Educación y Hostelería. Así, solo se ha registrado una disminución de la afiliación en actividades agrícolas.

Ante estos datos, no hay duda de que la nueva normativa laboral ha supuesto un éxito, pero es necesario mejorar el funcionamiento de los Servicios Públicos de Empleo, con los recursos económicos y de personal necesarios para que puedan desempeñar su labor con eficacia, especialmente en el caso de los desempleados de larga duración.

Además, UGT reclama la necesidad de alcanzar cuanto antes un nuevo Acuerdo del Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que ofrezca estabilidad y permita revertir el proceso de devaluación salarial que están sufriendo el conjunto de los trabajadores y trabajadoras. Por otro lado, sigue siendo necesario reformar las causas y el coste del despido para dotar de mayor estabilidad y seguridad las relaciones laborales, obstaculizando el recurso fácil al despido barato y recuperando todos los derechos perdidos en la reforma laboral de 2012.