Éxito total de las movilizaciones convocadas por UGT y CCOO, con una participación de más de 4.000 personas frente a la Delegación del Gobierno

La calle sigue siendo un clamor. En esta ocasión, los trabajadores secundaron las protestas convocadas por UGT y CCOO con motivo de la Jornada de Acción europea contra las drásticas medidas de ajuste que siguen ejecutando los Gobiernos. En España y en Logroño las protestas se centraron en la reciente reforma laboral, contra las que se escucharon contundentes consignas para su modificación. En este sentido, UGT manifestó que las organizaciones sindicales volverán a remitirle sus alternativas al Gobierno, “porque tenemos alternativas y el Gobierno las conoce. Parte de ellas están ya depositadas en el Parlamento, como la Iniciativa Legislativa Popular por el empleo estable y con derechos, que en su día registramos con el aval de más de un millón de firmas, y otra parte es todo lo referido al II AENC, al que han dado un golpe muy duro con esta reforma laboral”. UGT tiene alternativas y quiere negociarlas antes del 8 de marzo, que es cuando se convalida el Real Decreto Ley. A partir de ahí entrará en fase parlamentaria y no es de recibo que el presidente del Gobierno no haya atendido a las demandas de las organizaciones sindicales para abrir un proceso de negociación. En relación a la posible convocatoria de una huelga general, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha recalcado que “estamos en un proceso de negociación y queremos darle una oportunidad de negociar al Gobierno. En este momento tenemos previstas movilizaciones el 8 de marzo, día mundial de la mujer trabajadora, y el 11 de marzo”. Pero “también es cierto que el 9 de marzo hemos convocado a los órganos confederales de UGT y CCOO y ahí analizaremos la situación. Serán estos órganos los que tomen una determinación, y a este acto democrático nos remitimos, porque son ellos los que tienen la capacidad de analizar, debatir y tomar cualquier tipo de solución”. En este sentido, considera que el Gobierno “debería reflexionar en profundidad, porque el impacto que pretendían conseguir con la reforma laboral en relación con los mercados y las instituciones europeas no lo han conseguido”. Por ello, “si están pensando en el interés general de este país deberían sentarse a negociar en profundidad. Si están pensando en otra cosa, cometerán una grave equivocación”.