Para alcanzar las retribuciones que reciben los hombres en 35 años, las mujeres deberían trabajar 46 años y medio

Con motivo de la celebración hoy del Día por la Igualdad Salarial, la responsable del Departamento de la Mujer de UGT de La Rioja, Lara Manero, ha presentado el informe anual del sindicato sobre brecha salarial en La Rioja que, según los datos de la última Encuesta de Estructura Salarial (referente a 2013), “sigue creciendo cada año”.

La diferencia de retribuciones entre hombres y mujeres de se situó en 2013 en el 26,25%, la más alta de los últimos años. Las trabajadoras en La Rioja cobraron de media en el año 2013 17.436 euros anuales, 6.205 euros menos que los varones, que percibieron de media 23.641 euros. Y en este sentido, la diferencia salarial en el año 2012 era de un 24,29%, un 1,96% menos que la registrada en 2013, “lo que nos muestra un claro crecimiento de esta brecha salarial en La Rioja”, ha explicado.

Tomando como referencia 251 días laborables al año, “las mujeres en La Rioja para percibir el salario que recibirían si su trabajo fuera reconocido en términos económicos con el mismo valor que el de los hombres, tendrían que trabajar 89 días más al año”, o lo que es lo mismo, 16 meses por los 12 que trabaja el hombre. Ello equivale a lo largo de una vida laboral de 35 años a más de 11 años y medio más de trabajo para percibir las mismas cantidades de trabajo. Para alcanzar retribuciones equivalentes a las que reciben los hombres en 35 años, las mujeres deberían trabajar 46 años y medio.

“Hay que pensar, además, que estas circunstancias tienen consecuencia directa sobre las pensiones y sobre las prestaciones por desempleo”, ha citado para mostrar que las mujeres cuentan con una pensión un 29,14% menor que la de los hombres y una prestación por desempleo un 10,35% menor de media que los hombres.

Entre las causas sobre las que radica esta desigualdad, Lara Manero ha subrayado la ocupación mayoritaria de la mujer en el sector de servicios, el más precarizado y, en el caso de la industria, sobre todo en la industria agroalimentaria, “de carácter estacional”.

“Por ello, la mujer sufre una mayor tasa de temporalidad y la contratación se realiza en condiciones más precarias. No sólo los contrato son temporales y difícilmente se renuevan si no que estos contratos son a tiempo parcial”, ha expuesto.

Por otro lado, ha citado que “existe aún una ausencia de corresponsabilidad en el cuidado de personas dependientes que discurre paralelos a roles y estereotipos asentados socialmente así como una desvalorización del trabajo de las mujeres”.

Ante esta situación, la responsable del Departamento regional de la Mujer ha manifestado que “resulta fundamental introducir en todas las políticas económicas la igualdad sin distinción de sexo y el reconocimiento del trabajo remunerado de las mujeres en términos económicos”.

Además, la política de austeridad económica y la reforma laboral han sido clave en el incremento de las desigualdades y el crecimiento de la brecha salarial “ya que el crecimiento del desempleo ha obligado a un importante número de mujeres a iniciar la búsqueda de su primer empleo o a reinsertarse en el mercado laboral a cualquier precio para aportar recursos económicos a la unidad familiar”, expone. “El cambio de políticas hacia la inversión y la creación de un tejido industrial firme favorecerá el posicionamiento de este colectivo”, ha subrayado.

Y sobre todo, “hay que tener en cuenta la negociación colectiva como herramienta más potente para la lucha contra la brecha salarial, entendiendo que en la retribución no influye sólo el salario, sino también otros conceptos recibidos de manera regular u ocasional”, ha explicado.