1º de Mayo. Trabajo y Servicios Públicos: otro modelo social y económico es necesario.
Fecha: 01 May 2020
Tribuna publicada en Diario La Rioja
Jesús Izquierdo, secretario general de UGT de La Rioja
Celebramos este Primero de Mayo en una situación que jamás hubiéramos imaginado, inmersos en una crisis sanitaria que le ha costado la vida a miles de personas en nuestro país, y que también en La Rioja se ha traducido en cientos de vidas perdidas como consecuencia del coronavirus.
Vayan por delante nuestras condolencias a todas esas familias que han perdido a un ser querido y que no han tenido la oportunidad de darle una despedida como merecía. El confinamiento ha impedido que el dolor generado por esta situación dramática como pocas, hubiera podido ser un poco más llevadero.
Desde que estamos en democracia, este va a ser el primer Primero de Mayo que no salgamos a la calle. El confinamiento decretado ante la expansión de la pandemia nos ha obligado a plantearnos un Primero de Mayo no presencial, pero incluso con más fuerza y energía. Ante estas circunstancias, este año hemos decidido que nuestro lema y reconocimiento vayan dedicados a las personas trabajadoras de los servicios públicos y esenciales que cada día hacen posible que nuestras necesidades básicas estén cubiertas. En especial, a los y las profesionales sanitarios que luchan en primera línea contra la enfermedad, porque sin duda, ellos y ellas son primordiales en esta guerra contra la pandemia.
No es casual que todos los días a las ocho de la tarde la sociedad se asome a las ventanas y a los balcones para agradecer tanto esfuerzo y dedicación de todos los servidores públicos y de los servicios esenciales, y que este agradecimiento se haga extensivo a todos los profesionales que hacen posible que todos, en nuestra casa, podamos continuar con nuestra vida.
Una oleada de solidaridad se extiende por nuestras ciudades y pueblos, que con nuestros aplausos pretende reconocer el esfuerzo de miles de trabajadores y trabajadoras que durante mucho tiempo han sido invisibles a nuestros ojos, cuando no maltratados por algunos gobiernos y patronales. En base al principio de austeridad, han permitido el debilitamiento del Estado del Bienestar y que la precariedad se generalizara en el sector público y en el privado.
Esta crisis que hoy es sanitaria, mañana se convertirá en una crisis económica y laboral, porque las consecuencias que el COVID-19 tendrá para el empleo en los próximos meses serán dramáticas. No hay más que ver la evolución de los ERTES en nuestra región, por encima de 4.000, y los trabajadores y trabajadoras con el contrato suspendido, más de 20.000. Todo esto, sin duda alguna, dejará heridas en el mercado de trabajo que tardarán meses, quizás años en cicatrizar, pero no vamos a permitir que la situación generada por la pandemia sea aprovechada para recortar derechos.
Ahora más que nunca es necesario un Gobierno decidido a ampliar el paraguas social en el que se deben convertir las políticas públicas para dar cobertura a aquellas personas que más lo necesitan, esas familias que no tienen ingresos y, confinadas en casa, no tienen posibilidad ni de buscar empleo. A esas personas deben ir dirigidas las medidas excepcionales que serán imprescindibles, como la renta mínima vital que UGT está demandando. Hay que terminar con la precariedad y la desigualdad.
Se antoja también imprescindible y necesario trabajar en la recuperación de la actividad económica, en especial, del empleo perdido. Por ello, un pacto de reconstrucción nacional sería avalado por toda la sociedad, si algunos partidos políticos tienen a bien dejar por fin a un lado sus intereses partidistas y se afanan en acordar medidas que nos permitan salir de esta situación.
También en La Rioja debemos ser capaces de alcanzar acuerdos con el Gobierno regional por parte de los agentes sociales y económicos. Estos acuerdos se deben plasmar en el marco del Diálogo Social, para conseguir por fin ese ansiado cambio de modelo productivo que nos permita encarar con fuerza la salida de la crisis y la recuperación del empleo.
En definitiva, es necesaria una dosis de generosidad extraordinaria por parte de todos y todas para que esta crisis originada por el coronavirus sea una oportunidad para reforzar los servicios públicos y de calidad; para generar empleos en aquellas actividades que se han demostrado como esenciales y, sin duda alguna, para dignificar las condiciones de estos empleos, porque solo así seremos capaces de salir reforzados como sociedad.
Mientras tanto, seguiremos confinados hasta que el levantamiento del estado de alarma permita una reanudación de la actividad, pero que deberá ser paulatina, de forma ordenada y segura, porque nuestros empleos nos preocupan, pero mucho más lo hace nuestra salud y, como no, nuestra vida.
En este año tan difícil, en unidad tenemos que reivindicar lo Público como irrenunciable para la Unión General de Trabajadores, y vamos salir a nuestro balcón y gritar más fuerte que nunca,
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!