El mercado laboral riojano volvió a registrar cifras muy positivas en septiembre con un  descenso de 650 desempleados, lo que sitúa la cifra total en 12.679 personas paradas en La Rioja, (un 4,88% menos que el mes anterior) y 1.024 parados menos que en septiembre de 2022. Un descenso que ha afectado especialmente a mujeres, con una caída de 356 desempleadas -si bien continúan acaparando el  62% del desempleo en La Rioja-.

Todos los sectores de actividad –salvo el colectivo ‘sin empleo anterior’, con 11 desempleados más- han registrado descensos del paro, especialmente el sector servicios, donde el desempleo ha caído este mes en 407 personas, seguido del sector agrario, con un descenso de 128 desempleados y la industria, con 101 personas paradas menos.

Una tendencia positiva que también confirman los datos de afiliación a la Seguridad Social, con 2.000 afiliados más este mes, la mitad de ellos en el Régimen Agrario. Dentro del Régimen General cabe destacar el efecto del inicio de curso, con un aumento de 275 afiliaciones en el epígrafe de Educación y 278 en Actividades Administrativas. De igual forma, UGT destaca los 490 nuevas afiliaciones a la Seguridad Social que registra el epígrafe de Industria Manufacturera; si bien puntualiza que, en parte de estas cifras también subyace mala praxis de empresas que proceden a despedir en verano a parte de sus efectivos laborales para recuperarlos en septiembre, evitando así el pago de las vacaciones estivales.

Además, pese a la coyuntura temporal del mes de septiembre, La Rioja sigue con un nivel de contratación indefinida que ronda el 30%, lo que evidencia los efectos beneficiosos de la reforma laboral sobre la estabilidad del mercado.

Así las cosas, en una coyuntura de crecimiento de empleo, la asignatura pendiente en La Rioja sigue siendo el aumento de los salarios para contrarrestar la fuerte coyuntura inflacionista. En la actualidad, tener empleo no significa llegar a fin de mes. Una disfunción que necesitamos corregir de manera urgente al tiempo que ampliamos el escudo social, especialmente para el colectivo ‘Sin empleo anterior’ que, ante una menor rotación laboral, puede verse afectada de manera muy grave.